
ASÍ ES EL TANGO
RAUL M. MENÉNDEZ
La madre fue la habanera
y un candombe muy compadre
comentan que ha sido el padre
dándole sangre orillera
y en las épocas primeras
cuando al arrabal se enreda
ya en el suburbio se queda
con su ritmo querendón
y el taita más compadrón
lo bailaba en la vereda.
Después al centro enfiló
gimiendo en su bandoneón
y la gente del salón
para siempre lo adoptó
y sus figuras plasmó
como nadie antes jamás
y en su bravío compás
llegó a pitucos confines
con dos grandes bailarines,
El Mocho y El Cachafaz.
Una fría tarde gris
sintió de viajar el ansia
y en barco se marchó a Francia
para reinar en París
y su bohemia feliz
en la noche parisina
puso rumores de esquina
y florcitas de percal
con nostalgia de arrabal
de su patria… la Argentina.
Le puso Carlos Gardel
el más melodioso acento
y Corsini el sentimiento
en el viejo tiempo aquel.
Mil orquestas de cartel
viajaron al viejo mundo
y su andar de trotamundo
un día lo llevó a Japón
con su amigo, el bandoneón,
y su sentir más profundo.
Y cuando suena en la orquesta
o lo interpreta un solista
en escenario o en pista
la música está de fiesta.
El recuerdo se recuesta
como sombra en el camino
que grande fue su destino,
ya nadie lo parará
y por siempre reinará
nuestro gran Tango Argentino.
RAUL M. MENÉNDEZ
La madre fue la habanera
y un candombe muy compadre
comentan que ha sido el padre
dándole sangre orillera
y en las épocas primeras
cuando al arrabal se enreda
ya en el suburbio se queda
con su ritmo querendón
y el taita más compadrón
lo bailaba en la vereda.
Después al centro enfiló
gimiendo en su bandoneón
y la gente del salón
para siempre lo adoptó
y sus figuras plasmó
como nadie antes jamás
y en su bravío compás
llegó a pitucos confines
con dos grandes bailarines,
El Mocho y El Cachafaz.
Una fría tarde gris
sintió de viajar el ansia
y en barco se marchó a Francia
para reinar en París
y su bohemia feliz
en la noche parisina
puso rumores de esquina
y florcitas de percal
con nostalgia de arrabal
de su patria… la Argentina.
Le puso Carlos Gardel
el más melodioso acento
y Corsini el sentimiento
en el viejo tiempo aquel.
Mil orquestas de cartel
viajaron al viejo mundo
y su andar de trotamundo
un día lo llevó a Japón
con su amigo, el bandoneón,
y su sentir más profundo.
Y cuando suena en la orquesta
o lo interpreta un solista
en escenario o en pista
la música está de fiesta.
El recuerdo se recuesta
como sombra en el camino
que grande fue su destino,
ya nadie lo parará
y por siempre reinará
nuestro gran Tango Argentino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario